sábado, 23 de abril de 2011




Comentario sobre: Pensar con los sentimientos de Álvaro B. Márquez- Fernández


“NO SÉ QUÉ DECIR con firmeza. Mi sentimiento es que el verdadero filósofo, el verdadero científico, el verdadero artista no caben dentro de ningún orden; hay algo en ellos esencialmente subversivo…”
José Manuel Briceño


Siempre he sido acusada por pensar con los sentimientos, aunque sólo ahora, después de esta lectura me he acercado a una posible explicación de lo que esto significa. Álvaro Márquez expone que el pensar sentimentalmente “… Es pensar desde la imaginación y la fantasía, la ilusión y las metáforas, la realidad trans-física de las ideas sensibles…”

La realidad trans-física ha sido tachada de inexistente, gracias a su aparente transparencia; tanto es así que en una fecha muy reciente, visitando a mi odontólogo, nos encontramos de pronto en una conversación de aspectos muy personales; de esas en lo que se amerita del que tiene más experiencia un consejo; antes de proseguir y me imagino con el temor de no ser tomada en serio, me la doctora me hace la siguiente pregunta: ¿ Pero, tú crees en eso del alma, verdad? Es pues evidente el bajo nivel de sensibilidad en los pacientes de esta doctora o de ella misma. Claro está que estas personas que niegan la dualidad y los elementos que componen al ser humano (cuerpo y alma) tienen la puerta cerrada a cualquier experiencia que la razón sensible les pueda brindar. Nótese que digo la puerta cerrada; indudablemente me atrevería a afirmar que TODOS tienen esa puerta e incluso que siente el cosquilleo de lo que están dejando del otro lado, como sentimos el rumor de un niño que llora en la habitación continua.

¿Qué es lo que nos hace cerrar la puerta? O aún peor ni siquiera tener deseos de abrirla, negarla aunque se sienta el temblor de lo que dejamos del otro lado de la puerta ( los sentimientos y los afectos, el pensar sentimental) La respuesta: “…una sociedad del consumo dirigida por el control tecnológico de la racionalidad científica, no solamente estas capacidades naturales del ser humano resultan desconocidas, sino las más elementales condiciones naturales del ser humano como sujeto para la simbolización, representación, imaginación, sufren una fractura emotiva y volitiva que lo separa del mundo de la sensibilidad, y lo convierte en un ser robotizado…” (Márquez Álvaro. 2008)

Esto parece inconcebible más no me alarmo, por ahora, ya que aquellos que deciden cerrar la puerta, se quedan del lado de la racionalidad, lo científico y comprobable aunque ¿Acaso el hombre ha sido realmente comprobado? ¿No son precisamente teorías subjetivas, influenciadas por los sentimientos, estados de ánimo, creencias e intuiciones las que buscan explicar al hombre y sus orígenes?

Por otro lado, aquellos que estamos del otro lado debemos cuidar de no alejarnos tanto de la puerta, ya que siempre hay un referente que aunque puede cambiar de dimensiones, o de forma ante los ojos siempre lleno de imágenes diferentes; siempre habrá un referente que nos llame a la vida/realidad/ compartida. Estas divisiones y puertas de la racionalidad humana, lo único que hace es alejarnos aún más de la realidad o la visión compartida del mundo, ya que estas dos racionalidades subsisten en un mismo piso: en una misma persona. Y el verdadero equilibrio lo lograremos transitando libremente por el piso en el que estamos; la puerta (religiones, sociedades, políticas, entre otros) del piso ( nuestra compleja e inexplicable existencia) de los pensamientos (sensible y racional) son la respuesta a los estímulos externos e internos del ser humano.

Relacionándolo con lo antes estudiado: la modernidad y la postmodernidad; pareciera que la única manera de librarnos de la modernidad o transgredirla, modernidad en la que nosotros mismos ayudados de cánones nos alzamos como nuestros duros e inflexibles jueces creadores de puertas y lugares secretos donde ocultar la expresión original, transfiriéndonos a una posmodernidad que re-piense y re-interprete incluso que re-sienta la realidad es aprender, desarrollar, o simplemente abrir la puerta al pensamiento sensible.

En mi casa siempre suena una música, la considero tan auténtica, hermosa y verdadera, que me parece incomprensible que los demás no puedan o no quieran escucharla. No sólo en mi casa suena siempre una música. Cada lugar tiene su música, en cada lugar el silencio suena diferente; es incomprensible para mí que los demás no lo escuche o no quieran escucharlo y que no afecte sus vidas, sus sentimientos, sus emociones, su pensar.

María Rondón


Pensar Con Los Sentimientos disponible en:http://signosenrotacion.blogspot.com/2011/04/pensar-con-los-sentimientos-por-alvaro.html?spref=fb

1 comentario:

  1. Pensar con los sentimientos es algo hermoso, auqnue a veces un poco peligroso.

    Me encanto leerte.

    Abrazos.

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