lunes, 17 de septiembre de 2012

cuando me besas

un pez resbaladizo
se esconde entre mis piernas...
Ruth Hernández Boscán


A esta hora
las paredes comienzan
un pequeño latido

relojes y grietas
dejan salir
nuestro
lugar de encuentro

Entre mis piernas
peces que se impacientan

ritmo del abastecimiento
tu nombre

Sólo tu trueno dilatado
entrando en mí
me descubre
las pupilas del cielo

finalmente el silencio perfecto


jueves, 13 de septiembre de 2012

qué lástima
no poder brindar con tu pupila
y algún vino
sólo acompañarme de ternuras
que se contradicen
y se vencen
antes de surgir

miércoles, 5 de septiembre de 2012



Es una total impertinencia pensar en la itinerante lluvia, y cómo golpeaba con dicha y salvajismo al paraguas contenido en el espacio por una mano en  dolorosa estrechez. Un paraguas negro en una noche es su extensión menospreciada; pero no era de noche y éste sobresalía como una flor ciega en la corriente de un río.

Pequeña la ciudad y pequeño el cielo, este paraguas no logra necesariamente cubrir de la lluvia; al menos de la lluvia de adentro,  mano que en llanto tiembla y lo sostiene. La fuerza es también un malabar sin fondo.