domingo, 29 de abril de 2012

Dicen que tenga cuidado, que la huida ,es el llanto  menos perecedero.Sólo que no surge de un llorar cualquiera, sino de una tradición arcaica en la que alguien  se siente traicionado, o acaso por no ser correspondido en ese espacio, que incinerantemente lo rodea como una isla que vuelve cenizas el alma de su gente, o aún peor,la incineración de una mirada virgen cuando descubre la pupila de una noche jamás habitada.

Que tenga cuidado porque la esencia de las cosas no permanece intacta, y guarda cierto rencor, a quienes han decidido huir, sin decir la palabra, y no por ello dejan atrás la tarea laboriosa de una pisada que no tiene reversa, porque el regreso, es casi siempre incomprensible más para el que se ha quedado que para aquel que ha huido.

Que tenga cuidado, y Borges decía " Es el amor, tendré que ocultarme o que huir.." y desde ahí la huida, la errancia, y el destello han quedado como mi abanico de direcciones y resonancias.

Y yo que he llegado en cenizas desde la raíz materna, me detengo , y veo sus rostros de voces cerradas,  yo que detengo con movimientos de ausencia itinerante la arena movediza en la que se convierte mi sangre fluyendo siempre en un mismo sitio.

Aquel en el que pudiera arribar como campo de isla, y detener mi huida, se esconde y se niega,
Que tenga cuidado no es lo que deben decirme, ustedes que no ven cómo las paredes y el cielo de mi casa se  vuelve arena,
Sin embargo, supongo que tengo que agradecer.


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