Para Anthony al rescate de sus cuidades.
En la esquina
de mi habitación
se aniquilan las cenizas
del cigarro que cierran
mi día
el olor que no sale
de la habitación
porque las paredes
lo encierran como a un cáncer
Por todas partes
los círculos
que en la mañana
se llenarán de luz
y me quemarán la piel
En vano
porque ni la noche
ni el día
encuentran su lugar de acomodación
en mí.
Afuera aparenta la ciudad
detrás de mis párpados
los edificios adquieren
terminaciones bizarras
no aquello que me rodea
sino la mirada del perro
que todos los días no rescato
Caído el cielo de mis pupilas
la ciudad se me queda adentro
y no logro rescatarla